El dirigente de CRA, alineado con la Sociedad Rural en el ala más conservadora del agro nacional, aseguró que “acá
nos quieren destruir para poner un proyecto que va en contra de todo lo que defendemos”. También criticó a la justicia.
La arenga de Mario Llambías el pasado 19 de
marzo en un acto de la derechista Confederación de Asociaciones Rurales
de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), en la ciudad bonaerense de Junín,
marca un preocupante giro ascendente en la intolerancia que caracteriza a
esa agrupación y a su entidad madre, las Confederaciones Rurales
Argentinas (CRA). Porque no se trata sólo de frases con peso propio y
que retrotraen al momento en que CRA y Carbap estaban conspirando contra
el gobierno democrático de Isabel Martínez de Perón, sino que, además,
el momento y el lugar son datos destacados de la intención política de
Llambías.
En la víspera de la conmemoración nacional por los 35 años
del golpe militar de 1976, Llambías apeló a aseveraciones tales como que
“hay muchos –en clara alusión al gobierno– que quieren remplazar
nuestra bandera nacional por un sucio trapo rojo”, a la vez que pidió
trabajar para cambiar el gobierno nacional “en estos próximos seis o
siete meses, ya que muchas oportunidades no nos quedan para hacerle
entender a la gente”. Junín fue la sede del XXV Congreso de Carbap, en
el que su entonces presidente, Jorge Aguado (luego fue secretario de
Agricultura de Roberto Viola y gobernador de la provincia de Buenos
Aires con Leopoldo Galtieri) hizo un discurso netamente golpista.
CRA
representa, junto a la SRA, lo más conservador de las asociaciones del
agro, y coinciden en su ideología pro libre mercado sin intervención
estatal. De hecho, fue la Sociedad Rural la que el 24 de marzo de 1977
(al cumplirse el primer aniversario del golpe), apoyó al gobierno de
facto con una solicitada titulada “La Sociedad Rural al País”, que fue
publicada en los principales diarios nacionales de la época (ver
aparte).
Ante la atenta mirada del párroco de la ciudad y de
diferentes dirigentes que contribuyeron a los cuatro lockout patronales
del agro a lo largo de 1975 y luego participaron del lockout de toda la
gran patronal argentina, en febrero de 1976, Llambías manifestó que “acá
nos quieren destruir, para poner un proyecto que va en contra de lo que
todos nosotros defendemos”.
Además, y en pleno avance de la justicia
sobre distintos casos de trabajo esclavo en el agro en todo el país, el
titular de CRA embistió contra los magistrados al pedirles que “no se
siga perjudicando a la gente con la justicia, y que no se pongan más
trabas a la producción”. Además apuntó que “si se hubiera aprobado la
125, estaríamos todos mucho más complicados” en el sector.
Además, y
mostrando sus prejuicios contra la intervención popular en la actividad
política, el ruralista Llambías espetó que para cambiar el modelo, “hay
que trabajar mucho. Pero no pido militancia, porque la militancia es que
nos pongan una idea en la cabeza para luego ir para adelante sin
pensar”.
Horas antes de esa exposición pública, y según consignaron
los diarios locales, el titular de CRA aseguró que las medidas aplicadas
por el gobierno de Cristina Fernández “son impracticables”, y que “nos
quieren imponer un modelo que prohíbe, que no alienta, y busca
desmoralizar”.
También remarcó que “el campo sigue produciendo e
invirtiendo, obviamente con menos fuerza de lo normal, pero lo
preocupante es que uno no sabe para qué lado se va a disparar la liebre,
porque siguen apareciendo medidas, algunas de ellas totalmente
impracticables, producto del desconocimiento y hasta del revanchismo que
existe en algunas áreas del gobierno”.
En ese sentido señaló que “el
hecho de pedir que se declare cuándo va a entrar la máquina cosechadora
al campo (en relación al pedido de la AFIP de informar sobre la cosecha
de soja), cuando hay ocasiones en que ni la noche anterior se sabe si
se va a poder realizar la cosecha porque las condiciones de humedad o
demás factores no lo permiten. Son medidas que no ayudan ni a la
producción ni al control de la evasión”.
Llambías, CRA y Carbap sostienen una posición que ya comenzó a cosechar el repudio democrático de la población.
fuente:
http://tiempo.elargentino.com/notas/llambias-quieren-remplazar-bandera-sucio-trapo-rojo
rompiendo cercos mediáticos
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